Actualmente Chile se ubica entre los mayores consumidores mundiales de bebidas (específicamente en el consumo de Coca-Cola), en cuanto a México, la BBC mencionó “Según el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México (Conacyt), Chiapas es la región del mundo donde más se bebe Coca-Cola, el refresco favorito de los mexicanos”
En México el consumo de azúcares añadidos se encuentra por encima de las directrices de la Organización Mundial de la Salud. De acuerdo con estimaciones presentadas por el director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del INSP, Dr. Juan Rivera Dommarco, un bran porcentaje de la población obtiene 70% de estos azúcares por medio de las bebidas.
Chile ocupa el tercer lugar a nivel mundial con 79,1 litros per cápita al año (334 botellas individuales de 237 cc), siendo superado solo por México (115,4 litros) y Estados Unidos (103,3 litros). Se han experimentado cambios profundos en el perfil epidemiológico de Chile, cobra importancia la relación del consumo de bebidas azucaradas (BA) y su asociación con obesidad, síndrome metabólico, hipertensión, cáncer de páncreas y enfermedad coronaria.
Un estudio en ratones, que recibieron bebidas con fructosa, sacarosa o y se realizaron diversas medias; el peso corporal, la masa grasa y el metabolismo energético. lLos ratones que consumieron fructosa presentaron los mayores aumentos en el peso corporal, grasa corporal tanto expresado en términos absolutos como porcentuales a pesar que la ingesta total de calorías fue similar entre ambos grupos.
La fructosa también puede aumentar el ácido úrico en suero, lo que puede incrementar la presión arterial, siendo un factor de riesgo para accidente cerebrovascular isquémico hemorrágico.
En México, dadas las consecuencias a la salud producidas por las bebidas azucaradas, el impuesto constituye una medida del Estado para reducir su consumo y hacer un balance con las llamadas “externalidades negativas”, al destinar los recursos fiscales para financiar estrategias de salud (prevención de la obesidad). Esta clase de medidas recaudatorias no son nuevas, se aplican a productos como el tabaco y forman parte de una red de estrategias que buscan hacer frente a las enfermedades crónicas y finalmente mejorar la salud de la población.
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